Tiempo atrás, trabajé en un banco americano importante. Aprendí que existen dos economías; la de las pitas pitas, y la economía real.
Mi abuela, llamaba a las gallinas desde bastante lejos, diciendo "pitas---pitas---pitas" y echándolas maíz. Las gallinas venían a una gran velocidad y picoteaban todo el maíz sin de jar un grano.
En la economía de las pitas pitas, en las que, entre otros, al poder económico, de vez en cuando, llevan a cabo un abastecimiento de maíz (dinero), a los ciudadanos, diciendo: pitas (dales para que se compren un piso)....pitas (dales para que se compren un coche).......y los ciudadanos vamos corriendo para que nos den dinero, en la mayoría de los casos para consumo, vacaciones, extras....etc. Algunos ciudadanos, viendo que hay maíz (dinero), deciden que pueden ser una oportunidad para poner un negocio, hacerse autónomos, o desarrollar una idea empresarial. No más lejos de la realidad, el maíz (dinero), para esos menesteres no existe.
Por otro lado, existe la economía real. Economía que al menos se puede ver desde determinados sitios, y posiblemente tocar (eso sí para unos pocos afortunados). Cuando algunos ciudadanos ponen su interés en esa economía real, rápidamente sale la abuela (el poder económico) con el maíz (dinero) y distrae a los ciudadanos para que solo unos privilegiados puedan acceder a esa economía real, que se mueve por intereses muy concretos (que serían objeto de otro post).
Por tanto, en estos momentos que "nos dicen" que viene una época de vacas flacas, hay que levantar la cabeza y poner la vista en la economía real, y no en la economía de las pitas pitas. Necesitamos dirigentes (políticos), que tengan la capacidad de poner en el centro a las personas y no al dinero, y ayudar a que los ciudadanos estén en la economía real y no en la economía de las pitas pitas. La economía real gestionada por los ciudadanos a través de los dirigentes políticos adecuados crea bienestar, satisfacción y estabilidad a largo plazo-