jueves, 5 de septiembre de 2024

Calidad de Vida: Del Pregonero al Móvil.

Mi tío, de 92 años, vive y trabaja en el campo. Todos los días va a ver sus olivos. Una de las cosas que repite, es que pueda hablar con su hija en Estados Unidos con un móvil en medio del campo.
Me doy cuenta, que la vida en la ciudad va a una velocidad que nada tiene que ver con las personas que viven y trabajan en el medio rural. Me explico; a mi tío no le cuentes de tecnología, de IA, de avances, de que el metro va a tal velocidad, que tardamos 2 horas para ir a trabajar y que otra en volver a casa, que ahora hay un trabajo, pero se acaba porque la tecnología lo elimina, que ahora voy corriendo al salir del trabajo a un curso de formación, que mi empresa me dice que me vaya a Milán, y estoy 4 horas en el aereopuerto, y un largo etc. Mi tío no entiende ni le interesa nada de la vida de la ciudad, solo le interesa aquello que hace mejor su día a día. Un mejor tractor o una mejor cosechadora. Ni siquiera ha cambiado de coche, sigue teniendo su renault 4L. Cuando tiene que viajar llama al taxista del pueblo de al lado. Tiene claro lo que es bueno para su vida cotidiana y su trabajo. En mi caso nací en Madrid, me he reciclado 4 veces, he cambiado de empresa 7, me he cambiado de lugar de vivir 3, he vivido en los aereopuertos y por unas cosas y otras todos los dias habia tensiones en la oficina, con los proyectos, en la comunidad de vecinos; estrés en lo profesional y personal. Eso sí, dicen que vivimos en la mejor ciudad del mundo.
Mi tío, tiene las ventajas y comodidades de los diferentes avances, bien aplicados a lo que él y su familia necesita. Su trabajo no ha cambiado nada. Se basa en cuidar sus olivos, sus colmenas, su huerto, su cosecha y de estar al tanto de cuando llega al pueblo el que trae algunos alimentos, que hace unas decenas de años, lo anunciaba el Pregonero. En ocasiones no le hace falta ni el dinero. Cambia la recogida de oliva por aceite (o por una parte de dinero), cambia la miel por artículos que trae el vendedor que pasa por el pueblo. Lleva haciendo lo mismo desde los 11 años con mi abuelo. Las ventajas de la mecanización del campo le permiten echarse la siesta todos los días, y por la tarde ir al bar a "echar" la partida. En el pueblo por encima de todo, incluso de las antiguas "rencillas", está la colaboración, los apoyos informales. Me dice "hoy nos reunimos los mayores que vamos hacer una paella". Me cuenta, "esta mañana hemos ido a casa del "manco" (ni es manco ni nada), ¡ porque eran las 8 y no le hemos visto !. Afortunadamente no le pasaba nada.
Lo sorprendente de todo esto, es que, mi tío, que sabe leer y escribir, no se si de finanzas, o de salud, pero tiene una cuenta corriente "lo siguiente" a potente y aplica criterios para cuidarse que vienen de los abuelos de mis abuelos. Claro también va al médico a la capital cercana...la próstata, la tensión...el azúcar... Su vida no ha cambiado en 60 años, la mía ni se parece.