La realidad (y no se pueden poner puertas al campo), es que se ponen en nuestras manos una serie de posibilidades únicamente limitadas por nuestra capacidad de imaginación. Allá donde nuestra imaginación nos lleve, la tecnología estará ahí para darnos el soporte y materializar nuestras ideas.
Hace 50 años, (y hace tan solo 5), las tareas estaban relacionadas con profesiones concretas. Ahora hay una relación matricial en la cual numerosas profesiones pueden utilizar recursos de otras profesiones con la IA como si estuviesen contratando un profesional.
Todas las Profesiones con la ayuda de la IA, verán mejoradas sus capacidades. Un ejemplo son los programadores de aplicaciones. Ahora es posible generar el código para una aplicación, y muy importante, la corrección de los errores, y un largo etc. donde antes "perdías" horas en su revisión. Ahora en cuestión de segundos tiene la respuesta y la corrección, o su recreación. En tareas administrativas, y sobre todo de generación de contenido, la IA estará ahí para ayudar, y así en multitud de Profesiones.
De manera continuada, llevo a cabo una serie de tareas relacionadas con el reciclaje profesional y la puesta al día de los conocimientos, principalmente tecnológicos.
En realidad, los cambios siempre se han producido, y como se ha comentado en varios post, ha existido un continuo ir y venir de puestos de trabajo, unos que han desaparecido para siempre (como escribir a máquina), otros que se han reciclado hacia otras profesiones, otros que han surgido nuevos.
En estos momentos, creo que apasionantes, hay una oportunidad para que cualquiera pueda poner en marcha su imaginación, y materializar sus ideas en proyectos sorprendentes. No es fácil, nada es fácil. La vida siempre es una cuesta arriba, y de vez en cuando un poco más llano (pero poco).
Es necesario que cuanto antes se lleven a cabo desde la escuela cambios orientados a la gestión del reciclaje continuo y a la gestión del fracaso. Habrá más posibilidades, pero también habrá más posibilidades de fracasar. Todo va más de prisa; lo positivo y lo negativo.
He traído un recuerdo sobre como era cuando montábamos en el autobús en la década de los 60. Entrábamos por la puerta trasera, y un Revisor expendía los billetes. Además cuando se quería parar, el Revisor (no había Revisoras), disponía de una "conexión" alámbrica (no inalámbrica), con el conductor (no había conductoras de autobuses), para avisarle que tenía que parar en la próxima parada.
Hoy es el conductor/a el único/a que va en el autobús junto con los/as viajeros/as, pero posiblemente en breve, el autobús irá sin conductor/a.