Un día escuche a un amigo, directivo de una gran empresa, decirme que su compañía tenía un problema serio porque las decisiones de la dirección tardaban en ser puestas en marcha y llegar a la operativa, y en ocasiones, las Personas que estaban en la operativa, manifestaban inquietudes a sus responsables, pero no llegaban a la dirección las propuestas y quejas de los empleados/as.
Es habitual, que las empresas lleven a cabo reuniones, convenciones... que invitan, en ocasiones a sus Empleados/as, en otras invitan a Clientes/as o Proveedores o a responsables de la Administracion. Siempre, en los "speech", se escucha lo bien que lo hacemos, los mejores resultados de la historia, somos los mejores, tenemos una cultura inigualable, gracias a nuestros Clientes/as, confiamos en nuestros Colaboradores/as... y un largo etc. de "baño de multitudes". Nunca, he escuchado, tenemos que mejorar, aquí lo hemos hecho bien, pero allí lo hemos hecho mal, hemos superado un límite razonable de reclamaciones por parte de los/as Clientes/as, nuestros Empleados/as que realizan las actividades basicas se quejan de esto o de lo otro...Nunca.
En esta misma Red, leo habitualmente el éxito de las convenciones. Lo hemos hecho fenomenal. No he leído ni una que cuando publicita sus convenciones, haya dicho que tienen que mejorar (desde la realidad) o que esto se ha hecho mal.
Posiblemente, uno, entre otros, es que somos una Sociedad que no estamos acostumbrados al fracaso, y mucho menos a su gestión positiva. Pocas compañías recogen la crítica o la queja como una oportunidad. Ni siquiera les llegan a la dirección. Además, por diferentes motivos, somos conocedores de empresas que se vanaglorian de sus éxitos, cuando sus empleados/as de base están llevando a cabo su trabajo de manera lamentable, pero que ven perjudicada su imagen, en vez de potenciar la oportunidad, cuando en una convención pudieran llegar a decir aspectos negativos de la compañia. Posiblemente en esos momentos muchos/as de sus directivos serían despedidos y sus acciones, si cotizan, caerían estrepitosamente en bolsa.
Recuerdo, una de las compañías en España, considerada una de las mejores del mundo en su sector, donde su propietario, ya fallecido, se sabía el nombre y los apellidos de sus 800 empleados. Comía con ellos/as en el comedor de la empresa, conocía al detalle lo que ocurría en su empresa. Hablaba de la mejora continua, donde se había hecho mal, donde había que mejorar. Recibia las opiniones de todos/as los/as implicados/as en su cadena de negocio.
Necesitamos incorporar el fracaso y la crítica constructiva, al modelo de gestión, en beneficio de nuestra Sociedad, beneficio propio, y en beneficio de nuestros Clientes/as, Proveedores, Colaboradores/as y Empleados/as, así como de unos/as jóvenes que se enfrentaran, como siempre ha ocurrido a grandes desafíos.